jueves, 5 de marzo de 2009

* Paco de Lucía

Paco de Lucía, cuyo nombre real es Francisco Sánchez Gómez (Algeciras (Cádiz), 21 de diciembre de 1947), es un guitarrista flamenco español. Aunque la práctica totalidad de su obra se desarrolla en el flamenco, ha grabado algunos trabajos en otros estilos, como la fusión de flamenco con el jazz y otras músicas internacionales. Está considerado uno de los mejores maestros de la guitarra de todos los tiempos, a pesar de no figurar muy extrañamente en la lista de los 100 mejores guitarristas de toda la historia de la revista Rolling Stone publicada en el año 2003. Ha recibido entre otros muchos galardones el premio nacional de Guitarra de Arte Flamenco, la medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (1992), la Distinción Honorífica de los Premios de la Música (2002) y el premio Príncipe de Asturias de las Artes (2004).
Tanto su madre, Luzía Gómez «La Portuguesa» como su padre, Antonio Sánchez, influyeron mucho en la vocación de su hijo. De su padre y de su hermano Ramón, recibió las primeras clases de guitarra. Su padre hacía que Paco practicase muchas horas de guitarra diarias durante su niñez. El nombre «De Lucía» quedó ligado a él durante su niñez, ya que como él mismo cuenta, en su barrio había muchos Pepes, Pacos, etc., y entonces se los identificaba por el nombre de su madre, por lo que él era conocido como «Paco, él de Lucía» en su barrio de Algeciras.
Es hermano de artistas flamencos, Pepe de Lucía cantaor profesional ya de niño y de Ramón de Algeciras, guitarrista también profesional. Ambos han sido miembros de su banda durante muchos años, acompañándole en grabaciones y giras, teniendo ellos sus propias carreras en solitario o con otros artistas.
A finales de los años 60 conoce a Camarón de la Isla con quien crea una mítica unión musical, fruto de la cual son los primeros discos de ambos. Se muestran como excelentes intérpretes del flamenco más ortodoxo. Grabaron 10 discos entre 1968 y 1977. Después, juntos y por separado fueron precursores de un flamenco más popular y mestizo entrando en el terreno del pop, el rock y el jazz.
Paco de Lucía ha recibido principalmente la influencia de dos escuelas: La del Niño Ricardo, considerado como una de las figuras más destacadas de la guitarra flamenca y el precursor más directo de Paco de Lucía, y la de Sabicas, a quien se considera como el máximo influyente en el desarrollo y perfeccionamiento de la guitarra flamenca como instrumento de concierto (antes la guitarra era un instrumento de acompañamiento al cantaor).
La contribución de Sabicas en el flamenco es doble: Por un lado, amplía la técnica de la guitarra flamenca (inventó, por ejemplo, la alzapúa en una cuerda y el rasgueo de tres dedos), y por otro destaca como un compositor de categoría dentro del flamenco, ya que sus obras se caracterizan no por unir falsetas —frases líricas que toca el guitarrista cuando el cantaor deja de cantar—, sino por crear una estructura melódica y rítmica armónica y perfectamente coherente de principio a fin, como en cualquier obra clásica, cosa que en el flamenco nunca antes se había hecho a excepción de algunas figuras coetáneas (Esteban de Sanlúcar, por ejemplo, en magníficas creaciones como «Mantilla de feria» o «Panaderos flamencos»). Pocas cosas cabe objetar al toque de Sabicas que gozaba de una extraordinaria técnica con una amplia sonoridad —muchas veces tocaba en los escenarios sin micrófono— debido a su fuerte pulsación y a la enorme calidad de sus composiciones.
La mejor contribución de Paco de Lucía al flamenco es la de haber conseguido popularizarlo e internacionalizarlo, aunque ello haya supuesto muchas veces una merma de la pureza en el toque. Considerado como un espléndido intérprete por su virtuosismo y su personalísimo estilo que se puede definir como vigoroso y rítmico. Este estilo se manifiesta en la calidad de numerosas obras del artista. Entre ellas (Rumba) «Entre dos aguas», (Por alegrías) «La barrosa», «Barrio la viña», «Homenaje al Niño Ricardo», (Bulerias) «Almoraima», «Guajiras de Lucía» y (Rumba) «Río Ancho».
Es meritorio además el esfuerzo que ha realizado este artista por dar a conocer el flamenco al público de fuera de España y por haberse atrevido a «darle otro aire» mezclándolo con otros estilos, que, aunque de estructuras melódicas y rítmicas diferentes, pueden congeniar bien con él. Paco de Lucía ha abierto el camino para este tipo de experimentaciones y fusiones del flamenco con diversas músicas, lo cual es sin duda encomiable.
A todo esto no hay que olvidar, que su padre Antonio recibió clases de guitarra de la mano del primo hermano de Melchor de Marchena y cuyo nombre fue Manuel Fernández «Titi de Marchena», un guitarrista que llegó a Algeciras en la década de los años 20 creando afición y escuela y que tal vez influyera en los principios de Paco.
Ademas, algo muy característico de este guitarrista es que no sabe solfeo.
Otro aporte de Paco de Lucía al arte Flamenco contemporáneo ha sido la inclusión del cajón. Este instrumento de la música afroperuana, es conocido por Paco de Lucía en Perú a fines de los años 70, de manos de Carlos ‘Caitro’ Soto de la Colina, cajonero y compositor peruano. Paco de Lucía intuye y entiende, al conocer este instrumento peruano, que puede ser una solución a la permanente necesidad de percusión que requiere el flamenco, y lo incluye, en complicidad con Rubem Dantas, a los elementos percusivos utilizados en su sexteto de entonces, convirtiéndose el cajón desde ese momento y con el paso del tiempo, en un instrumento imprescindible del arte flamenco contemporáneo, y luego de otras corrientes musicales internacionales..
"Uno es lo que es en su niñez, y yo en mi niñez a todas horas estaba rodeado de flamencos". Tenía trece años cuando comenzó a trabajar en la compañía de baile de José Greco. En lo que todos comienzan: el acompanamiento al cante y al baile. Y eso lo hacía de forma impecable, pese a su extremada bisonez. En 1961 conoció a Camarón, y según ha dicho alguna vez se enamoró de él para siempre. Recuerda aquella etapa como la más bonita de su vida. Con frecuencia juntos en gira el cantaor y él, "estábamos tocando y cantando a todas horas, noches enteras inventando cosas". Y grabando discos que ahora son más escuchados que nunca. Paco de Lucía siempre admiró al de la Isla más, quizás, que a nadie, porque representaba el ideal que hubiera querido ser él. "Yo nunca quería ser concertista, porque lo que me ha gustado desde que era nino era cantar. Pero era muy tímido, muy gordo, con mucho sentido del ridículo, y me escondí detrás de la guitarra. Soy un cantaor frustrado".
A comienzos de los setenta, el arte de Paco de Lucía había sido reconocido en el mundo. Tenía ya perfectamente definido su estilo, después de una primera etapa en que Nino Ricardo había sido su modelo fundamental y una segunda en que descubrió a Sabicas, Mario Escudero y otros, para ir después fijando su propia forma personal de tocar. En 1975 dio un concierto que hizo historia en el Teatro Real de Madrid, a partir del cual su consagración fue definitiva.
Su permanente inquietud innovadora ha recibido reproches de los vigilantes de la ortodoxia a ultranza. Ciertamente hubo un tiempo en que sus constantes aportaciones le convirtieron en el mayor revolucionario de la música flamenca. Él ha confesado que llegó a sentir miedo cuando se dio cuenta de que cambiaba con relativa frecuencia en su forma de tocar, hasta que un día comprendió que "haga lo que haga, mi sonido permanecerá siempre flamenco porque soy quien soy".
Desde entonces toca con más espontaneidad, permitiéndose libertades que poco antes ni hubiera sonado. Particularmente llamativas fueron sus tentativas de aproximación a otras músicas, que no sólo enriquecieron su arte sino que tuvieron decisiva influencia en el flamenco posterior. Tiene asumido, sin embargo, que nunca puede perder su identidad flamenca, y que precisamente en ella está su fuerza. No sabe música y todo lo ha aprendido a golpe de intuición. Reconoce carecer de técnica musical, pero en cambio tiene recursos que él mismo se ha inventado. "Lo que da fuerza y motiva mi manera de tocar es precisamente el hecho de ser flamenco, si no fuera flamenco no sería nadie"

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